¿Estamos etiquetando mal nuestros traumas? Por qué el Dr. Gabor Maté cree que debemos cambiar nuestra forma de pensar sobre el dolor

'El trauma no es lo que te ocurre... es lo que ocurre en tu interior como consecuencia de lo que te ha ocurrido'

"En la sociedad más obsesionada por la salud que existe, no están viendo lo más importante".

Esta es la primera frase del nuevo libro del Dr. Gabor Maté, El mito de lo normal. A lo largo de más de 500 páginas, Maté y su hijo Daniel Maté documentan el aumento de las enfermedades mentales y físicas crónicas como respuesta a un trauma - y el trauma como producto de nuestra cultura.

Además de El mito de lo normal, también ha escrito tres libros de no ficción superventas que combinan experiencias personales con investigación científica para explorar el estado de la sanidad en Canadá.

Mentes dispersas es un libro sobre el trastorno por déficit de atención; En el reino de los fantasmas hambrientos aborda la adicción; y Cuando el cuerpo dice no es un libro sobre la aparición de enfermedades crónicas como el Alzheimer, el cáncer de mama y la esclerosis múltiple.

En 2018, fue nombrado miembro de la Orden de Canadá, en parte, porque el Dr. Maté ha dedicado su carrera a desafiar las nociones comunes sobre la salud. El mito de lo normal no es una excepción.

Definición de Trauma:

"Trauma es una palabra griega que significa herida. Literalmente eso es lo que significa. Así que cuando entiendes eso, entonces te das cuenta de que... el trauma no es lo que te ocurre. El trauma es lo que ocurre dentro de ti como resultado de lo que te ha ocurrido.

"El trauma no es el acontecimiento que infligió la herida. El trauma no es un evento o incidente, quien lo define así, no sabe de Trauma. Por lo tanto, el trauma no es el abuso sexual, el trauma no es la guerra. El trauma no es el abandono. El trauma no es la incapacidad de sus padres para verle tal y como era. El trauma es la herida que sufriste a consecuencia de ello.

El trauma no es lo que le ocurre a usted. El trauma es lo que ocurre dentro de usted como resultado de lo que le ocurre.

"Así que mi herida no fue que mi madre me entregara [temporalmente] a un extraño [cuando era niño]. Mi herida fue que yo hice que eso significara que no era adorable y que no me querían y que me abandonaban, lo cual es algo bueno. Porque si el trauma fue lo que te ocurrió, ¿adivina qué? Nunca dejará de ocurrir.

"Pero si la herida del trauma ocurre dentro de ti, ¿la herida que llevas? Eso puede curarse en cualquier momento".

Cómo etiquetamos erróneamente el trauma

"Es extraño: utilizamos la palabra trauma de forma un poco promiscua. La gente dice: 'Anoche fui al cine. Me traumatizaron'.

"No, no lo estabas. Sólo estabas angustiada. No es lo mismo.

"O, 'Anoche tuvimos una gran pelea en la cena familiar y me quedé traumatizada'. No, no lo estabas. Sólo estabas enfadada, ¿sabes?

"Trauma es cuando estás realmente herido y, como resultado, estás constreñido y limitado y constreñida por lo que pasó. En cambio, cuando es importante, no lo utilizamos en absoluto.

Todo acontecimiento traumático es estresante, pero no todo acontecimiento estresante es traumático.

"Como muestro en mi libro - y hay una vasta literatura, por ejemplo, que relaciona el trauma infantil y la enfermedad física adulta. Como dijo el psicólogo británico Richard Bentall, el vínculo entre la adversidad infantil y la enfermedad mental está tan firmemente probado como el vínculo entre fumar cigarrillos y el cáncer de pulmón. Pero el estudiante medio de medicina de la Universidad de la Columbia Británica o de cualquier universidad de Canadá nunca oye la palabra trauma.

En toda su educación, excepto en un sentido muy restringido -. quizás de TEPT -. nunca llegan a echar un vistazo a la vasta literatura que relaciona enfermedad física y trauma o enfermedad mental y trauma o adicciones y trauma.

"Por un lado, puede que utilicemos la palabra un poco a la ligera. Donde realmente importa, ni siquiera existe".

Lo que el Dr. Gabor Maté cambiaría del sistema escolar

"Voy a contarle un gran secreto. Es un secreto tan grande que, por un lado, está impreso en todas esas revistas científicas y, por otro, ningún estudiante de medicina oye hablar de él.

"La influencia más importante en el desarrollo biológico del cerebro humano es la calidad de las relaciones entre adultos y niños, sobre todo en los primeros años de la infancia.

"Si en nuestra sociedad, la mayoría de los niños van a pasar la mayor parte del tiempo lejos de sus padres en guarderías, en el jardín de infancia, en centros preescolares y, finalmente, en las escuelas, y si comprendemos que son años de desarrollo cerebral, entonces la pregunta que se hará la escuela no será cómo meter álgebra en la cabeza de los niños o cómo enseñarles informática, sino qué condiciones promoverán el desarrollo de circuitos cerebrales sanos.

Tendríamos un sistema escolar totalmente diferente si tuviéramos un sistema escolar basado en el cerebro.

"El cerebro sano tiene ciertas cualidades: conectividad social, afecto, búsqueda de la curiosidad, juego. Todos los mamíferos juegan. ¿Por qué? El juego es uno de los motores más importantes del desarrollo de un cerebro sano.

"¿Qué pasaría si las escuelas comprendieran que el cerebro humano necesita interacciones humanas cálidas y enriquecedoras con adultos de confianza? ¿Que el juego es esencial? ¿Que la curiosidad es un circuito natural del cerebro humano y que hay que fomentarla en lugar de aplastarla?

"Tendríamos un sistema escolar totalmente diferente si tuviéramos un sistema escolar basado en el cerebro".

En qué se equivocaron las generaciones anteriores.

"Fuimos educados en la era del 'no llores'. Así que si eras un bebé y estabas llorando y querías la atención de tus padres, simplemente les dejabas llorar y así aprenderían a no llorar.

"¿Cuál es el impacto? A nivel psicológico, esto les transmite el mensaje de que sus necesidades no importan. También aprenden que están solos y que el mundo no es de fiar.

Cuando el niño llora, está expresando una gran necesidad de conexión. Cuando no se satisface esa necesidad, el niño se estresa y su cerebro se llena de cortisol, que interfiere en el desarrollo cerebral.
"No hay nada más natural que un bebé llore y quiera que le cojan en brazos. De hecho, los indígenas de todo el mundo no dejan llorar a sus bebés. No es que les prohíban llorar, es que los llevan a todas partes. En cuanto el niño se angustia, lo cogen en brazos.

"Cuando el niño llora, está expresando una gran necesidad de conexión. Cuando no se satisface esa necesidad, el niño se estresa y el cerebro se llena de cortisol, que interfiere en el desarrollo cerebral.

"Antes hablábamos del trauma. Tendemos a pensar en las grandes cosas: abuso sexual, físico y emocional, que ocurren mucho. Pero puedes herir al niño si entiendes que un trauma significa una herida simplemente por no cogerle cuando está llorando y necesita tu atención y no se la das".